martes, 13 de julio de 2010

Transparencia en duda

Publicado en Milenio.com
13 de Julio de 2010


RADAR
Jaime Barrera Rodríguez


La pretendida transparencia del Congreso no resistió ni cuatro días.

Apenas el viernes pasado, revelábamos aquí, que por fin, con casi seis meses de retraso, en la nueva Legislatura del Estado se habían decidido a subir en su página electrónica la nómina de empleados. Comentábamos que los encargados de administrar ese sitio, y el responsable último de ésta área, el secretario general del Congreso, Carlos Corona, se jactaban de que publicar los sueldos de ese Poder, convertía a la 59 Legislatura en la primera en hacerlo. Consideraban ese logro como una prueba clara de su afán por erradicar la opacidad que ha caracterizado al manejo administrativo del presupuesto que ejercen los diputados.

Pero el gusto les duró poco. Como decía José Alfredo Jiménez, lo importante no ‘es llegar primero, sino saber llegar’, y algo pasó, pero los ánimos de transparencia llegaron mal a la página del Congreso.

De entrada, el jueves que subieron a Internet la nómina en un documento de Excel, ésta venía duplicada. Según explicaron, se habían juntado los listados de dos quincenas, lo que de entrada exhibió errores de los programadores de la base de datos que soporta la nómina.

Pero lo peor, y lo que golpea severamente la credibilidad de lo que de hoy en adelante se publique en la página del Poder Legislativo, es la decisión de que sin mediar explicación alguna, se haya cambiado ayer la nómina que se publicó el jueves y hayan subido una nueva, con salarios distintos en muchos de los empleados.

Según consta en la primera versión del listado de ingresos, del que Público tiene copia, el jueves una edecán ganaba 64 mil 179 pesos, pero ayer, su sueldo se había reducido a 13 mil 517 pesos. Exactamente al revés le sucedió al director operativo de Control Presupuestal, que el jueves ganaba 13 mil 517 pesos y ayer ya ganaba 64 mil 179 pesos.

Para el presidente de la Comisión de Administración, el diputado perredista Raúl Vargas, y para el secretario general del Congreso, se trata simplemente de errores al alimentar el documento en Excel, ya que algunos datos se ‘brincaron’ de celda, argumento que, por decir lo menos, es poco convincente, en medio de la desconfianza que priva en los asuntos presupuestales del Congreso, y que por enésima ocasión se reflejaron con las denuncias hechas por integrantes de la misma Legislatura. Ayer el diputado panista, Héctor Álvarez denunció penalmente la compra de equipos de aire acondicionado y reclamó el manejo de las cuentas bancarias del Legislativo.

En conclusión: el primer intento por aparecer transparentes dejó mal parada a la 59 Legislatura. Nadie creerá sus presuntos afanes de rendición de cuentas si no hacen una apertura extraordinaria y total. Que supere incluso a lo que obliga la Ley de Transparencia. Es el precio de su mal arranque.

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