Ahora vamos a platicar de los síntomas, contándoles cómo aparecieron.
Día 1
Ese día amaneció más fresco de lo común, y un día anterior incluso estaba haciendo frío en la noche, anduve sin un suéter. En la mañana comencé con algo de tos, tos seca por cierto, pero pensé en automático que sería por el cambio de clima. Todo este día mi único síntoma fue la tos, pero lo curioso es que venía al estar hablando por varios minutos, ya por la noche, cuando de nuevo comenzó a hacer fresco, la tos era ya más constante.
Día 2
La tos disminuyó, y ahora la fiebre, una fiebre de 38 grados que parecía constante. Ya para esto estaba tomando antigripales con la intención de disminuir el malestar, pero a la tos, y a la fiebre, se le sumó algo más: el dolor de cabeza, un dolor de cabeza constante, que no se baja con ningún medicamento.
Aquí fue cuando dije, algo ya no está bien, es hora de ir con el médico. Aún así todo este día me la pasé con antigripales y anti inflamatorios.
Día 3
La tos prácticamente había desaparecido y también la fiebre, Ya con el médico a las 10 de la mañana, como les conté en la primer parte no daban los síntomas para que fuera Covid19, pero dijo vamos a atacar cualquier cosa viral y bacteriana. Seguí con los antigripales (contiene Amantadina, Clorfenamina y Paracetamol), y medicina por si fuera una infección bacteriana (Dexametasona y Ceftriaxona, las dos inyectadas), y al final algo para agarrar defensas Pulmonarom (650 pesos la caja).
Por la tarde la mayoría de los síntomas habían desaparecido, pero ahora comenzó una sensación extraña, esa sensación que tiene uno cuando recién comienza una gripa o un resfriado. Se sienten la congestión nasal, los ojos cansados, y un sabor extraño de las cosas.
Este mismo día ya había hecho cita para el examen que hace la UdG para descartar esta nueva enfermedad. Me dijeron que había riesgo alto y la cita estaba dentro de casi dos semanas. No podía hacer nada más que esperar.
La primera semana
El resto de los primeros 7 días transcurrieron similares, solo algo de tos, y esa congestión en el centro de la cabeza.
Para el sábado las cosas ya no me sabían a nada, y no podía percibir los olores. Ya había leído que uno de los síntomas principales del coronavirus era este, perder el gusto y el olfato.
El día 8
Por la mañana, me hablaron de la UdG, querían hacerme la prueba el siguiente día. Acepté. La cita era a las 8 de la mañana.
Este día apareció un nuevo síntoma, el desorden del sueño. No supe si era por la preocupación, o si era también síntoma de la enfermedad. He leído que algunas personas presentan trastornos del sueño. De aquí en adelante, el sueño por las noches parecía haber desaparecido.
El día 9
Temprano hice fila para que me hicieran el examen. Llegué desde las 8, ya había una fila de alrededor de 20 vehículos, algunos con familias completas para hacerse el examen. Aquí la prueba se realiza arriba del vehículo, se asignan mesas, y van pasando 10 vehículos a la vez. El examen es rápido, lo tardado es la espera, mi cita era a las 8 de la mañana y pasé casi hasta las 10.
La prueba es incómoda como lo mencionan, necesitan raspar en la garganta y en lo profundo de la nariz para sacar la muestra. Ya haciendo esto, te dicen: le informaremos por teléfono los resultados dentro de 24 a 48 horas si es positivo, si fuera negativo se tardan más en comunicarlo.
Día 10
Queda algo de tos, más cuando hablo o realizo algún movimiento. Y llega algo nuevo, un cansancio, no es fatiga, ni falta de aire, es un cansancio generalizado que no se va con acostarse, ni con dormir. Está ahí presente, y está el resto de los días de la enfermedad, y creo hasta después.
Este mismo día me hablan por teléfono de la UdG, me dicen los resultados: POSITIVO. En realidad, ya con la pérdida del olfato y del gusto tenía que ser positivo.
El resto de la segunda semana
Del día 11 hasta 14, el cansancio aquí está muy presente. Todo cansa, cansa caminar, cansa tomar agua, pero insisto, no es una falta de aire ni una fatiga, es un cansancio, además sigue esa constipación en el centro de la cabeza.
En estos días se le suma algo más, no puedo percibir ningún olor, o eso pensaba, lo único que percibo a todo es un olor a plátano cuando ya tiene muchos días maduros, razón por la que no puedo ver esta fruta y mucho menor comerla.
La tercera semana
La constipación se ha ido. Solo queda la tos, el cansancio ya no es tan fuerte. Pero ahora se le suma algo totalmente diferente, que es necesario tratar de explicar.
Recién se publicó un artículo que habla de que muchos de los pacientes contagiados de Covid19 y que sí presentaron síntomas, han tenido un cierto grado de depresión y ansiedad, aún no se explican el por qué, y eso significa que además de afectar el sistema respiratorio, el SARS-COV-2, al parecer también afecta de otras maneras.
Bueno, volvamos a lo que sentía. Ahora tengo una necesidad más profunda por estar acostado, dormido, en el día y en la noche, una falta de ganas de hacer cualquier cosa, incluso hasta de comer. Pero no podía dejar decaer esto en la recta final. Me las ingenié para que el día se fuera más rápido, desde leer, ver alguna serie que me guste mucho, comer algo que me guste aunque no supiera a nada, buscar hacer algo que me guste mucho hacer.
Pensé que esto era producto del encierro en el que estamos todos hundidos, y la incertidumbre del qué pasara, pero no, esta sensación es diferente, y casi estoy seguro que estoy en una depresión, leve, pero al fin de cuentas depresión.
Hablamos de 22 días con síntomas, leves, pero al fin de cuentas síntomas de algo que nunca había sentido. Es extraño, porque parece que uno tiene gripa, resfriado, infección en vías respiratorias, y se le suma el estado de ánimo.

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