Por la mañana de este martes recibía la llamada, de esas que uno aunque se programe podría pasar, llegado el momento no se está preparado. Era mi hermano, que aunque no quería decirme lo que pasaba, lo obligué hacerlo. Mi mamá, quien había sido internada de nuevo en el IMSS unas horas antes, perdía la vida debido a la enfermedad que padecía y le arreció desde hace 6 meses.
Hablé con los hermanos que hacían falta, con mis tías, y les di la noticia. Como era de esperarse, todos entraron en shock. Yo estaba en Zapotlanejo, y de plano no podía irme solo a Tepatitlán, así que nos juntamos todos los que estábamos aquí y nos fuimos.
Llegamos al hospital, los trabajadores ya nos conocían, porque esta era la quinta vez que hospitalizábamos a mi mamá, en estos 6 meses. Nos conocían los guardias, las de Trabajo Social, y las enfermeras.
Los arreglos, estaban a la mitad hechos. El funeral iba a ser en Zapotlanejo como ella lo decidió, y su descanso en el cementerio de La Laja, como también lo dispuso.
Durante el velorio, recuerdo que llegaron arreglos florales de diferentes dependencias. Cuarto Poder e Impuso, dieron sus condolencias. La Cruz Roja hizo lo propio. Todos los allegados y no tan allegados también nos ofrecieron su pésame.
Un agradecimiento profundo a Héctor Álvarez quien nos ayudó a hacer muchos de los pendientes que teníamos con el tema del cementerio, y quien nos ayudó en conseguir medicamentos que resultaban difíciles de encontrar, además de estudios. Gracias a Ricardo Morales, a su esposa, a doña Paty, quienes también asistieron al sepelio.
A Ramhses, Vange, Maru, Humanamente, Casa Club, Alexa. Se me deben estar escapando más personas, pero a todos, gracias, por brindarnos su apoyo en estos momento.
Un día después en el cementerio, la lluvia se hizo presente en la misa, una misa tradicional al menos para nosotros, pero no para la mayoría. Estuvo presente el mariachi, aunque a ella no le gustaba o eso dijo para no vernos llorar más (fue lo único en que lo que no le dimos gusto).
Al finalizar el servicio en el cementerio. Las nubes se comenzaron a disipar, y los presentes aseguran se formó en las nubes la figura de una paloma (imagen que ya les hemos compartido).
Y aunque nos habíamos preparado todos por si pasaba esta situación, creo al final nadie está preparado para afrontar a la muerte, al menos por parte de los que se quedan. Ella se pudo despedir de la mayoría, y se fue en paz.
Les escribo estas líneas porque muchos de los que nos leen todos los días, vieron el luto por el que pasamos, pero no tenían más información. El martes 10 de agosto, una madre de 7 hijos, esposa, hermana, abuela, y suegra, dejó este mundo terrenal, para pasar a la Gloria de Dios. En paz descanses, y hasta pronto mamá.
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