Por Víctor Ontiveros
Desolación, desesperación, impotencia y dolor, es lo que deja la desaparicion forzada de un ser querido. Familias destrozadas, marcadas de por vida,es lo que se podría resumir, de los sentimientos que brotan de las personas que pasan por ese transe, luego de perder a alguien de esa manera.
Estamos hablando de lo que ahora se conoce como "levanton", "secuestro" o como quiera nombrarlo. Es ya alarmante el número de personas que desaparecen a diario, como si se los hubiera tragado la tierra, simplemente la versión de que se salió a trabajar o a la escuela y nunca llegó, o que un comando armado se lo llevó.
Esta semana que termina se dio a conocer la desaparición de tres policías y un ex policía que salieron con rumbo a Puerto Vallarta, su vehículo fue encontrado abandonado. El pasado jueves una camioneta donde viajaban 11 jornaleros oriundos de Michoacán desapareció con todo y tripulantes en las inmediaciones de San Ignacio Cerro Gordo, Jalisco y si le suma los reportes que a diario llegan al menos en redes sociales a esta redacción, esto ya es alarmante.
Pareciera que a las autoridadees de todos los niveles no les interesa mucho el tema y lo peor es que pareciera que tampoco a la gente, como qué ya es normal que se desaparezcan las personas y solo cuando le tocan a un familiar entonces, ya nos preocupamos.
Todos creemos que si se lo llevaron, es porque andaba metido en algo y que si te portas bien no te va a pasar nada, pero varios de las familias afectadas aseguran que eran personas normales.
En qué va terminar esto? no lo sabemos, pero no está por demas extremar los cuidados, ya que las autoridades dejan mucho que desear.
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