Por Daniel Ontiveros
Esto que les voy a platicar, lo estamos viviendo de primera mano. Algo que nunca habíamos visto, y que ha sacado lo mejor y lo peor de nosotros. Las conclusiones cada quien las tendrá, pero estoy seguro que todos entienden lo que está ocurriendo.
Mientras tengo una lucha por trabajar desde casa, y no perder mi fuente de ingresos que necesito para comer y pagar créditos, también luchamos en estar publicando lo que acontece en El Portal, casi con 0 publicidad.
Desde hace unas semanas comenzamos a recibir un mensajes de la jefa de familia desesperada porque temía quedarse sin trabajo, después los contamos por decenas, después fueron por cientos.
Para la última semana de marzo, los mensajes ya no fueron de incertidumbre por quedarse sin trabajo, la historia cambió al qué iban a hacer sin trabajo, porque de un día para otro les dijeron ya no vengas. La última semana de marzo fue un sin fin de mensajes de madres de 2 ó 3 hijos que no tenían dinero para la comida.
Esta primera semana de abril, las solicitudes de ayuda por mensajes, por whatsapp fue generalizada. La única opción que teníamos a la mano fue hacer un puente entre los que necesitaban ayuda y los que estaban dándola, y fue lo que hicimos.
Mientras esto pasaba, no faltó el empresario que nos llamó amarillistas por no ponernos de su lado, porque ellos no tenían cómo mantener a sus empleados, pero les aseguro que al menos todo esos que se han quejado podrán, de una forma u otra poder salir de esta crisis, pero sus trabajadores no. Alguna persona que tenía trabajo, desde hace tres días ya no tenía para la comida.
De qué lado nos pondríamos, del lado de los que tienen patrimonio para salir adelante, o de los que no sabían ni qué comerían en el día.
Los testimonios comenzaron a llegar, con llamadas y mensajes, las personas nos decían no tengo para comer hoy, no tengo qué darle a mis hijos, no tengo para comprar la medicina porque no tengo seguro. Ahí estaba la respuesta del lado que íbamos a tomar.
Dedicamos todo un día para captar y clasificar los datos de las personas que confiaron en nosotros para darnos a conocer sus necesidades. Ayer, desde temprano, llegamos a la Casa de la Cultura para una reunión. Llegó un alcalde y sus colaboradores ya con el cansancio a cuestas, diciendo que con un tremendo esfuerzo se habían logrado conseguir 1,900 despensas con lo básico para que las familias salgan de esta crisis.
En cuanto mencionó las cifras lo primero que pensé es que no habrá ayuda suficiente para poder sostener a tantas personas que están en necesidad, y esto apenas ha comenzado.
Todo el día de ayer, encerrados en una oficina se capturó, clasificó y se puso orden a los registros de personas pidiendo ayuda. Ya por la noche me fui, pero los trabajadores del ayuntamiento siguieron armando rutas, empacando despensas.
Hoy, la cita fue a las 10 de la mañana, trabajadores y voluntarios cargaron vehículos para empezar a repartir.
A mi no me tocó repartir, pero al que todo mundo conoce como don Víctor sí. Le tocó ver la necesidad de cada familia donde entregó una despensa. Pudo ver el agradecimiento que viene desde el corazón, ante 5 personas que ya no tenían para comer, la desesperación de las familias al no saber qué va a pasar, a los reclamos del por qué les está pasando esto, si a lo que se han dedicado toda su vida es a chingarle en sus trabajos.
No hay que dejar de ayudar en lo que se pueda, si tienes un kilo, medio kilo, un paquete de pasta y conoces a alguien que necesita lleváselo, si no conoces quién lo necesita, entrégalo a una asociación o agrupación que esté dando ayuda, porque esto apenas esta comenzando.
He sido testigo de pequeños restaurantes, carnicerías, tacos, tienditas han estado dando ayuda a medida de sus posibilidades, y a la vez, como salen los aprovechados y los que no quieren ver lo que está pasando, se han encerrado a puerta y lodo y guardan lo que tienen, creyendo que no necesitan de los demás, pero el tiempo le dará la razón a cada uno.
Como dato, hoy, al menos he recibido otras 50 llamadas de personas buscando ayuda, y lamentablemente, hoy ya no les he podido dar una respuesta. El mínimo problema es definir lo que pasa, no hay palabras para describir lo que está ocurriendo y mucho menos habrá para lo está por ocurrir.

Es bastante triste e impotente la situación. Sin embargo es para aplaudir el esfuerzo que hicieron y que hacen, no se puede resolver todo pero las personas a las que ayudaron nunca lo olvidarán, aunque crean que no aportaron mucho, le dieron esperanza a varias familias, eso que no viene de la publicidad, eso que no viene de conseguir algo a cambio, es lo que viene del corazón, gracias por ayudar!! ������
ResponderEliminarQ bueno q ayuden . Sobretodo el pueblo de Zapotlanejo q para nada es un pueblo pobre he
ResponderEliminar